martes, 4 de julio de 2017

¿SE PUEDE SANAR DESDE LA SEXUALIDAD?

¿Se puede sanar desde la sexualidad? Esta es una pregunta que muchos terapeutas naturales y oficiales se hacen, a la vista de los resultados que muestra el Tao sexual sanador.

Hay que comenzar precisando que Sanar no es lo mismo que Curar. Cuando hablamod de curar nos debemos referir exclusivamente a la medicina oficial. Cuando decimos sanar, estamos hablando de la propia sanación de la persona, ayudada por una o varias terapias que complementan, más naturales, sin fármacos y exquisitamente holística; aunque, por supuesto, jamás se debe obviar la terapia del médico, sino, al contrario, voluntariamente, complementarla.

Por ello, sanar es recobrar la salud desde todos los Planos: físico, sexual, emocional, mental, relacional, astral o espiritual; y encontrar un estado de Paz interior, armonía y tranquilidad mental, aunque la enfermedad continúe, porque ésta forma parte del Sendero vital del paciente, de la persona. Y esto es, precisamente, lo que no solemos aceptar: que una enfermedad es, en realidad, una lección, una enseñanza vital, y que la debemos sufrir; buscando, por supuesto, la sanación y mejora. Y esto debe ser desde la paz interior, desde la comprensión de que todas las personas, todas, enferman, envejecen y mueren; porque esta es la absoluta realidad.

En nuestra filosofía de Tao sexual sanador moderno, entendemos así la enfermedad, y aseveramos que todas ellas tienen un origen de desarmonía sexual; es decir, que todos los trastornos de salud proceden de un desequilibrio de la energía sexual (ching) la más fuerte físicamente y la encargada de equilibrar todos los órganos y el resto de planos energéticos de la persona.

Y el desequilibrio sexual aparee cuando no seguimos el sendero vital sexual, cuando nos apartamos del placer, del deseo, de la sexualidad sagradamente concebida y entendida. Por ello, volviendo al sendero de la sexualidad sagrada, la que enseña el Tao y otras filosofías orientaes, podremos transformar el cuerpo, la mente, las emociones, el sexo, el psiquismo... Y volver a sentir un maravilloso estado de salud y bienestar.

Por supuesto, no debemos tomar este desequilibrio energético sexual/orgásmico/primario de energía Ching con la idea socialmente patricarcal de la sexualidad genital, que como ya sabemos, es rápida, compulsa, violenta, yang, y apenas placentera. La Tigresa y el Dragón viven, comparten, se sumergen en una sexualidad viva, armónica, contemplativa, fusionante, transformadota, maravillosamente placentera, que permite a cada amante sentir como su cuerpo evoluciona, se armoniza, se equilibra, y sana cada uno de los órganos, emociones (asociadas a estos) enfermedades y trastornos, y, principalmente, llegar a un estado de bienestar y felicidad holístico.