lunes, 11 de octubre de 2010

LOS MONTES NEVADOS

Los montes nevados, en la mujer, son uno de los tres Templos principales de su Cuerpo, de su Esencia femenina. Uno lo constituye su Gruta Sagrada. El segundo, aunque no en importancia, es el Palacio Ovárico. El tercero, como decimos, los Montes nevados.

Los Montes nevados o senos, tienen una importancia primordial en la veneración que Shiva debe guardar a Sakti; por dos razones principales. La primera es porque los Montes nevados son el alimento de Shiva, tanto físico, como emocional y espiritualmente. En efecto, todo ser humano, al ver la luz (que no nacer, porque ya es vida independiente y esencial desde que el óvulo es germinado) recibe primero el alimento a través de Prana, de su respiración. Inmediatamente después el bebe reptará hasta los senos de su madre para alimentarse con la leche que de ellos brota; como manantial espiritual. Por ello mismo, los Montes nevados son el recuerdo emocional de ese primer alimento físico, y además, para un tántrico, también el alimento físico-emocional-espiritual a lo largo de toda su vida.

Así mismo, el Templo del Palacio Carmesí, que está a los pies de los Montes nevados, guarda en lo más profundo de sus salas de seda las Emociones de la Sakti. De esta manera, cuando Shiva se regocija con los pechos de su amada (como dice el Cantar de los Cantares) está bebiendo, no sólo la leche-miel de sus senos, el dulzor de sus Flores de Loto, sino las emociones, los sentimientos, el amor que guardan el interior de los Montes Nevados.

Los pechos femeninos son una de las zonas más erógenas y placenteras de la Sakti. El tamaño no tiene ninguna importancia; si cabe, cuanto más pequeños más sensibles. Pero tanto ella como sus Shivas, disfrutarán de los Montes orgásmicamente si los tratan con veneración, con dulzura, con ternura. Las caricias, todas las que apetezca, deben ser como los aleteos de una mariposa. Beber de ellos debe ser como el gotear de un manantial de leche cálida.

Hoy día, abandonados a una Sexualidad absolutamente alejada del Sexo Sagrado, las Saktis modelan sus pechos buscando formas más exuberantes; que nada tienen que ver con la auténtica capacidad orgásmica. Ellos, los Shivas, parecen excitarse, exclusivamente, con grandes pechos que se muestran tras atrevidos escotes. Pero esta práctica social, modismo anti tantrico, en realidad esconde otra realidad, otras realidades. Por un lado, el hecho de que los Montes nevados sólo gustan al Shiva a través de una imagen diseñada. Segundo, que los Montes nevados no son venerados, respetados, amados, sino que son maltratados violentamente, tanto física como visualmente. Por ello, las Saktis se sienten en la obligación de lucirlos como un trofeo, cuando en realidad, son es templo sagrado de amor y placer para sus Shivas y ellas mismas.