domingo, 13 de mayo de 2018

EL SENDERO DE LA TIGRESA BLANCA Y DEL DRAGON VERDE: la sensualidad felina

LA SENSUALIDAD FELINA



La Tigresa es sensual; parece una obviedad, pero no es así. La Tigresa no está sensual, Es Sensual. Esto no significa que no utilice su sensualidad en precisos momentos, pero la realidad es que no necesita estímulos externos para ser, estar y mostrar su sensualidad.

Todo cuanto se mueve a su alrededor se torna sensual con la empatía que su Qi, realiza con el Qi del entorno, de sus parejas, o de las personas cercanas. Esa sensualidad es su energía principal. Ya hemos hablado de que la energía sexual-orgásmica-primaria es la principal fuente de energía de su Ser, de todos sus planos existenciales, pero en este caso queremos hacer hincapié no en una energía concreta, sino en una actitud vital, una filosofía de vida, una forma de ser, estar y compartir: la sensualidad felina.

Muchas mujeres se acercan al sendero de la Tigresa blanca buscando su sensualidad, porque sienten haberla dejado atrás, tenerla escondida, o bloqueada. Esto sucede porque se toma a la sensualidad femenina como una acción, un estímulo concreto en un momento concreto, y en esta sociedad Patriarcal, excesivamente protocolizada desde lo moralmente correcto, la sensualidad se ha tomado siempre como un regalo para el varón, no como un regalo para la mujer, y se ha trasmitido la idea de que la mujer debe y puede ser sensual, casi exclusivamente cuando vaya a jugar amorosamente con su pareja.

Pero la Tigresa sabe que su sensualidad es innata y está en cada célula de su cuerpo, en cada pensamiento, en cada momento de su devenir diario. Su sensualidad no es algo aprendido sino que forma parte de su esencia femenina, de su esencia sexual, de su esencia espiritual. La Tigresa es sensual siempre, y todo cuanto realiza, piensa o trasmite lo hace sensualmente. En la moral patriarcal esta idea puede conducir a equívoco, porque se toma todo desde la perspectiva varonil, por eso el Dragón debe aprender a sentir, a empatizar con la Tigresa a través, precisamente, de los Qi sensuales de ambos; no como un encuentro esporádico o concreto, sino como una realidad constante.

La Tigresa, como la mayoría de las mujeres, utiliza los símbolos femeninos sensuales para ronronear a los dragones (maquillaje, vestidos, adornos…), esto es positivo. Pero no se basa en ellos para sentir y trasmitir su sensualidad, sino que los toma como un juego, divertido y creativo, pero un juego de seducción, porque es ella, su Felinidad, lo que realmente es sensual.

Por todo ello, la Tigresa debe reconciliarse con su sensualidad. Debe dejar atrás los apegos morales patriarcales que la frenan, bloquean, impiden su desarrollo completo como Persona, Mujer, Tigresa, Alma.

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