En efecto, el masaje es una forma de salud integral, no sólo de relajación física, sino de armonización energética, de equilibrio de los chakras principales y secundarios, de la mejora del fluir energético de los meridianos corporales, así como una fuente de desarrollo y fluir de la energía Jing (primaria, sexual) de forma que permite a la tigresa un reencuentro con su deseo, su placer, su desarrollo sexual.
Y esto se produce tanto al recibirlo como al ofrecerlo, porque se produce una interación de la piel y sensaciones de ambos, haciendo que, al ofrecerlo, la tigresa pueda beber, la energía de la persona que lo recibe.
Una de los ejercicios prácticos del Sendero de las Tigresas es el aprendizaje, práctica y recepción del masaje holístico taioísta, una forma de masaje sensitivo, relajante, sexualmente intenso y sanador.
La caricia es una forma de ofrecer amor, sensaciones, emociones, compartirlas y sentirlas. Por eso la Tigresa, como mujer sensible, aprende a sentir el masaje como una forma maravillosa y hermosa de comunicación y relación.
