sábado, 19 de junio de 2010

¿POR QUÉ LAS MUJERES NO SE ACERCAN AL SEXO SAGRADO SANADOR (TANTRA)?

Es un hecho que hemos constatado en la Escuela: a las mujeres, en general, les cuesta mucho más trabajo acercarse al Sexo Sagrado Sanador (Tantra) y esto se debe, en nuestra opinión, a varios motivos.


El primero es la imagen o idea que se tiene en la Sociedad del Tantra; y decimos tantra, porque el Sexo Sagrado Sanador es prácticamente desconocido. La idea que se tiene es muy erótica, pornográfica, y se piensa que se trata de sexo genital descontrolado, sexo fácil, en grupo, en el que, como otras actividades ahora llamadas sexo-liberales, la mujer se siente vejada, exhibida, tratada con poca o escasa dignidad.


Otro motivo es la sumisión social que sufre la mujer en el ámbito sexual. Pese a que muchos creen que la mujer se ha liberado sexualmente; la realidad es muy distinta. Es bien cierto que la mujer, sobre todo la adolescente y joven (no tanto las maduras) accede hoy día a una sexualidad compulsiva de manera muy fácil, que se acuesta o practica cuando quiere y como quiere, que su líbido es similar al de los hombres. Pero cuando hablas con las mujeres que acuden a conocernos, tanto a los encuentros de divulgación y seminarios como en la práctica sexual sagrada en la Escuela, nos refieren un mundo muy diferente.


La mujer continúa sintiéndose un objeto sexual, dominado por el hombre (por acción del Patriarcado) en el que el hombre sólo busca su placer, importándole poco o nada el de su compañera amante; utilizando la violencia en lugar de la ternura y las caricias, y no nos referimos a golpes y maltrato físico, siempre deleznable, sino a que no acarician, no usan la ternura, no le dedican el tiempo suficiente para que la mujer alcance su estado de excitación sexual ideal; etc. El hombre continúa tomándola como un trofeo en sus “conquistas”. Sigue pensando que el acto amoroso sexual se termina cuando él eyacula.


La sexualidad femenina es diferente a la masculina. Pero el Sistema Patriarcal, para evitar que la mujer crezca, se desarrolle, se libere, ha influido para que ambas sexualidades se globalicen, se aúnen en una misma realidad. Es un error, es imposible, somos diferentes y complementarios. Pero además, el problema se agrava porque la mujer a perdido la Maravilla de la Magia femenina para intentar disfrutar de una sexualidad pénica, masculina: visual, rápida, violenta, y egoísta.


Lo cierto es que las mujeres, de cualquier edad, que se acercan a la Escuela, descubren una realidad diferente: que la filosofía, la iniciación y la actividad del Sexo Sagrado Sanador es fundamentalmente orientado para ellas; femenino.


Esto es así porque el Sexo Sagrado Sanador es tan sexual como espiritual, y la mujer es fundamentalmente espiritual. De esta manera, a ella corresponde volver a poner en nuestro Mundo una línea coherente de equilibrio entre espiritualidad y sexo, entre sexo y amor, entre hombre y mujer. Pero ello sólo lo puede alcanzar vivenciando y practicando el Sexo Sagrado Sanador, para su propia liberación, y crecimiento personal, y para hacer que su pareja o parejas también crezcan en armonía y deseo sexual.


Muchas, demasiadas mujeres que vienen hasta la Escuela nos refieren una realidad triste y dolorosa: que no disfrutan del sexo con sus parejas; que nunca o casi nunca sienten orgasmos (algunas jamás lo ha vivenciado); que se sienten objetos en los que su pareja se apoya o utiliza para su eyaculación, y poco más; que echan de menos o necesitan fundamentalmente la ternura, la caricia, el abrazo, el beso tierno, no sentirse magreadas en sus senos o taladradas en su zona genital...


El Sexo Sagrado aporta una solución clara y definitiva a estos problemas, principalmente a la mujer; pero también al hombre.


Porque la mujer que se inicia en el Sexo Sagrado Sanador, lo primero que experimenta es su liberación como persona, mujer y diosa, a través de su propio placer y deseo, de la magia de las caricias, la ternura, el abrazo, la dedicación en sus tiempos de excitación. Porque aprende a recibir sin tener que dar, sintiéndose la única protagonista de su propia sexualidad creativa, a la vez que aprende a ofrecer el placer a sus parejas, pero desde su orgasmo y deseo compartido, pero realizado en plenitud.


La mujer descubre la magia de la sexualidad más hermosa y placentera a la vez que su propio camino espiritual y personal. Descubre su cuerpo y la forma de gozar con él y de él, y la manera de compartirlo con sus parejas en igualdad de trato, sentimiento y consideración. Descubre que ella también es multiorgásmica y que toda mujer puede y debe (tiene el derecho) a disfrutar de orgasmos intensos durante, no minutos, sino horas; el límite solo lo pone ella.


El Sexo Sagrado Sanador no es solo femenino, pero con vosotras se principia el camino en pareja. Aprendéis a conquistar y a ser conquistadas desde el amor, el respeto y la dedicación. Como dice nuestra filosofía: No hay Sexo sin Amor, y no hay Amor sin Sexo.

Francisco Sancabal junio/2010

No hay comentarios: